Creixell


Más tensión en Creixell tras la quema del coche de una edil

El municipio del Tarragonès, de 3.000 habitantes, tiene una deuda de 10,8 millones

Política | 23/05/2012 - 00:00h
Sara Sans
Tarragona
"En este pueblo se ha sembrado mucho odio", mantiene la concejal de Urbanismo de Creixell, Montse Muñoz. La madrugada del sábado, unos desconocidos quemaron su coche. "A mí no me van a amedrentar". La concejal (del PSC y en el gobierno tras pactar con CiU) vincula esteacto vandálico a la tensión que hay en el pueblo y a la más que difícil situación financiera.

"No sé quién lo hizo, pero sabían lo que hacían, había otros nueve coches en la calle y fueron por el mío y, además, aprovecharon el momento en que los agentes municipales hacían cambio de turno", explica. Su familia reaccionó con rapidez. Con extintores y agua sofocaron el fuego. La propia policía local llamó a los bomberos minutos después de las seis de la madrugada. Pronto sospecharon que aquello había sido provocado, así que llamaron a los Mossos d'Esquadra. Los agentes hallaron un trapo y una botella, presuntamente de disolvente, que se había derretido.

"Durante los siete años que estuvimos en la oposición no pasó nada, y ahora que estamos arreglando todo el desaguisado que hay en el Ayuntamiento, pasa esto...", lamenta Muñoz. El "desaguisado" -que el actual gobierno municipal (CiU, PSC y ERC) atribuye al anterior alcalde, Teodoro Fuster (PP)- asciende nada más y nada menos que a 10,8 millones de euros de deuda. En un pueblo de apenas 3.000 vecinos, el Ayuntamiento genera cada año dos millones de euros de déficit, puesto que ingresa cuatro y el gasto ordinario asciende a seis millones. El plan de ajuste que presentaron para saldar las facturas pendientes (en total suman 6,9 millones) no ha sido aceptado por el Estado.

Dada la más que delicada situación financiera, el alcalde, Jordi Llopart (CiU), se comprometió a dar explicaciones públicas cada tres meses. Pensaron que así calmarían los ánimos en la localidad, pero la tensión va en aumento. "Al alcalde también le han roto el retrovisor", cuenta Muñoz. El Ayuntamiento de Creixell debe dinero a casi todos los comercios y negocios del pueblo. La lista de impagados es muy larga y prácticamente todas las empresas que han prestado algún tipo de servicio en el municipio durante los últimos años tienen facturas pendientes. El Consistorio ha recortado en personal (16 empleados se han quedado sin trabajo), ha tenido que suspender el servicio de autobús (que acumulaba deudas de 145.000 euros) y se han cerrado servicios como la oficina de trabajo o las piscinas. Este verano tampoco habrá socorristas en la playa porque el Ayuntamiento no puede asumir su coste. "Y pronto tendremos que tomar una decisión con la guardería, si no puede autogestionarse tendremos que cerrarla", advierte Muñoz.

Hace dos meses, el concejal de ICV, Juan Miguel Teruel, abandonó el equipo de gobierno (3 concejales de CiU, dos del PSC y uno de ERC) porque aún no se ha encargado una auditoría del anterior mandato encabezado por Teodoro Fuster. Fuster se hizo con la alcaldía de Creixell en el 2004 con una sonada moción de censura y luego ganó las elecciones del 2007, tras las que pactó con Juan José Conesa, del partido Conesa Per Creixell (ahora también en la oposición), y con el concejal de ERC, que fue expulsado del partido.